¿La cocina es cultura? Mira que lo hemos preguntado docenas de veces en este blog. Pero cabría hacer otra pregunta al respecto: ¿La cocina es ciencia? Algunas de las instituciones públicas dedicadas a la divulgación científica y cultural parecen tener muy clara la respuesta –afirmativa- a estas dos cuestiones, y por eso han presentado su iniciativa para promover la gastronomía española y la dieta mediterránea, como herramientas principales para enseñar a las nuevas generaciones hábitos de cocina y alimentación saludables; todo ello con una base científica. Y además, sin aburrir.
«Los responsables de los organismos organizadores, en la presentación de los talleres (Foto: Instituto Cervantes)»
El Instituto Cervantes ha sido el escenario de la presentación, el pasado martes, del ciclo internacional de talleres sobre ciencia, cocina y alimentación saludable. La institución cultural colabora facilitando el escenario de estas sesiones, organizadas por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y por el Basque Culinary Center, y en las que también colabora la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español. Su objetivo: despertar el interés de las nuevas generaciones por la ciencia relacionada con la alimentación y la salud, destacando la importancia de la investigación científica en una alimentación sana, todo ello tomando como base la nunca demasiado publicitada dieta mediterránea y la variedad y creatividad de la gastronomía española.
Los talleres se llevarán a cabo en 16 centros del Instituto Cervantes –situados en Alburquerque, Brasilia, Chicago, Dublín, El Cairo, Estocolmo, Milán, Nueva Delhi, Palermo, Rio de Janeiro, Salvador, Sofía, Tánger, Toulouse, Utrecht y Varsovia–, tendrán una duración de entre dos y tres horas, y estarán destinados sobre todo a los jóvenes de entre 14 y 18 años (aunque puede asistir todo el que esté interesado). Dirigidos por un monitor y un cocinero, en ellos los asistentes aprenderán abundantes datos sobre los últimos avances científicos en cocina, junto con recetas tan típicas como las lentejas españolas o el pisto manchego.
Por ejemplo, podrán conocer que comer 600 gramos de fruta al día puede reducir un 31% el riesgo de contraer una enfermedad corinaria isquémica y un 12% el de cáncer de pulmón; que beber una lata diaria de refresco azucarado puede traducirse en un incremento en el peso corporal de 4,5 kilos al cabo de un año; una enumeración precisa de las propiedades que convierten al aceite de oliva en un magnífico protector contra mucha enfermedades, empezando por las cardiovasculares; y las razones científicas que convierten a la dieta mediterránea en imbatible, además de cómo la ciencia puede ayudarnos a cocinar de forma rápida y sana.
Un proyecto de lo más interesante por lo que tiene de divulgativo, didáctico y, sobre todo, nutritivo. ¡Buena suerte a todos!
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